En Cabonico hay cola, y muy buena (+Audio)

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Yodanki CastilloEste oficio nuestro de andar y más andar por recovecos geográficos, a veces inimaginables, nos premia a cada rato. Sucede cada vez que nos encontramos con esa nobleza innata de quienes tuvieron el inmenso privilegio de tener como cuna una de esas intrincadas zonas de Cuba, a las que solo se llega poniéndole el extra, y donde, por cierto, a cada paso se encuentra a alguien cargado de talento innato, aderezándolo con su lealtad y sus convicciones agradecidas.

Así, al protagonista de esta historia lo conocimos allá por las estribaciones de la Sierra Cristal, zona que hace colindar al Mayarí “abajo” de Holguín, con el Mayarí “arriba” perteneciente a Santiago de Cuba.

No rebasan las nueve de una mañana húmeda y calurosa, y después de una parada obligada, en un legendario y acogedor establecimiento, a un lado de la vía hacia Moa, donde se prueban los mejores jugos de frutas, dicho sin exageración alguna, cuando en el exacto sitio donde se recuerdan los mártires de la masacre de los expedicionarios del “Corinthia”, en Cabonico, nos apartamos de la carretera, para enrumbar loma arriba, y llegar hasta el asentamiento de la Cooperativa Capitán Eugenio González.

Al llegar, sorprendemos, dicho en el mejor sentido del término, al vicepresidente Yodanki Castillo, en plena faena de fabricación de cola, ese producto imprescindible en todas las carpinterías, y que, por su ausencia, tiene detenido a más de un taller en cualquier lugar de Cuba.

 mueble

Como quien desgrana de memoria una lección bien aprendida, el joven campesino nos ofrece datos y detalles de una receta que solo necesita cuero, que puede ser de res, o de ganado menor, dígase carneros y cabras; un buen sitio, seguro y con altos grados de calor en su punto de fuego, agua y un poco de paciencia.

Además de producir cola para cuanto mueble necesite “pasarle la mano” en la comunidad de Cabonico, Yodanki es el Vicepresidente de la cooperativa, atiende su propia finca, y como si fuera poco aún su entrega, también fabrica herraduras y clavos para incrustarlas en los “cascos” de cuanto equino lo necesite en este barrio.

Luego de más de dos horas de muy fructífero encuentro, tenemos que despedirnos del talentoso Yodanki, y de su cooperativa Capitán Eugenio González en Cabonico arriba.

Ya de nuevo en la carretera se impone una imprescindible reflexión: ¿cuántos sillones, balances, sillas, y otros muebles de humildes hogares cubanos, pueden volver a la vida útil, si extendemos la fértil idea de este campesino, fabricante de una cola de probada calidad a partir solo del cuero en desuso de vacas, chivos o carneros, y de este campesino serrano que nació para innovar, crear, apoyar, y ayudar?

Puede escuchar también aquí la versión radial:

 

(Tomado de Radio Rebelde) 

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