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Las autoridades sanitarias de Mayarí, confirmaron este martes un tercer caso de rabia en animal, a partir de la evaluación de un gato que lesionó a tres personas en la comunidad de Camilo, Consejo Popular de Guanina.

Como fue informado con anterioridad, en la referida zona un gato agredió a dos niñas y a la abuela de estas, que intentó defenderlas.

Con la urgencia requerida las personas fueron atendidas en el área de salud, son mantenidas en observación desde la propia comunidad y No presentan síntomas de afectaciones, según la doctora Yanet Tamayo Laurencio, directora de higiene y epidemiología en Mayarí.

El protocolo de salud requiere análisis en laboratorios para detectar la rabia, hecho que arrojó resultados positivos en los últimos dos felinos analizados, de las comunidades de Guayabo y Camilo Cienfuegos respectivamente.

Tamayo Laurencio llama la atención sobre los hábitos nocturnos que tienen los gatos, no común entre los perros y la necesidad de ofrecer una correcta alimentación a estos animales para que permanezcan en casa.

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Los gatos, acota la especialista, deambulan por las noches y muchos lo hacen por áreas cargadas de maleza donde es común el tránsito de mangostas y murciélagos, portadores naturales del virus de la rabia.

Con la detección del tercer caso confirmado de rabia en Mayarí, las autoridades de salud garantizan el fortalecimiento de las acciones de saneamiento y pesquisa, con énfasis en la vacunación de animales.

Afirman especialistas de este municipio, que el proceso de evaluación para detectar la rabia, transita aquí por investigaciones en laboratorios de la ciudad de Holguín y el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí en la capital cubana.

La presencia del virus se corrobora con la observación del cerebro del animal afectado, usando equipos especializados para esta operación.

En Cuba, luego de cualquier lesión a personas comienza de inmediato el tratamiento de las mismas en centros de salud.

Mayarí recuerda con tristeza que, a finales de abril e inicio del mes de mayo del actual año, tres personas perdieron la vida por contagiar con el virus de la rabia, hecho también vinculado al mantenimiento de un gato que portaba la enfermedad.

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